Si alguien me pregunta, que
tal es la vida en España, yo respondería, que ha sido la mejor
experiencia que he tenido, ya que aparte de se una metrópolis, de ser un
país desarrollado, con muchas actividades para el ocio, y un país muy
acogedor, rescataría que los españoles son personas muy amables, que
siempre tienen sus brazos abiertos, para aceptar a los
ciudadanos del mundo. Pero no todo el mundo ha corrido con la suerte que yo
he tenido.
Cada vez que abro
un periódico y leo actos de agresión contra latinos, me enfurece,
primero por que aunque se lo hagan a un colombiano, peruano,
o mexicano, siento que me lo hacen a mi, y segundo por que la
imagen del español se oscurece y la gente personifica a un
español que no es.
Y es que hay una
contradicción tan grande, jueces arremeten por quien lucha contra
la masacre del franquismo, y dan penas mínimas a agresores que no solo
causan daños físicos si no sicológicos, morales a la víctima y a
sus familiares y a sus compatriotas.
En todo caso
hoy tenia que comentar una noticia que salió en todos los medios
Españoles, de una brutal agresión contra un joven de 18 años de
origen Colombiano. Y es que estas noticias me hacen
muchas veces pensar , que no hay que hablar en los metros para no
provocar a desquiciados mentales que andan rodando por el mundo, y me
siento una cobarde pensando así, pero es que como
podrán ver en las imágenes, mientras te atacan, absolutamente
nadie te ayuda, y es que el temor se apodera por los
observadores, y es una situación lamentable para todos.
Yo como ecuatoriana, y
como funcionaria de la embajada del Ecuador, me llena de
indignación estas noticias, pero a su vez hacen que mi cariño
a mi tierra se asiente más, y me de ganas de escribir
repudiando estos actos que no tienen nombre.
Tomado Del mundo.es
Un joven denuncia una brutal agresión de un 'antifascista' en el Metro
El agresor de la estación de metro de Delicias, Raúl B.A., que se
definió a sí mismo como "antifascista", conocía a su víctima, Aitor, de
extrema derecha, de discusiones políticas en foros de Internet y redes
sociales, según han informado fuentes policiales.
Ambos, que se conocían también de manifestaciones en las que ambos grupos coinciden y se insultan, se habrían retado en la Red, según las mismas fuentes. Ninguno de los dos tenía antecedentes policiales.
El joven agredido, de 18 años, ha denunciado judicialmente la brutal agresión. El supuesto autor de los hechos, de 19, se encuentra en libertad condicional a la espera del juicio, donde se determinará las causas de la agresión y si existe un agravante por motivos ideológicos, como así se determinó en el juicio contra Carlos Palomino, un adolescente antifascista que murió apuñalado en el Metro de Legazpi por las heridas de arma blanca propinadas por un joven que acudía a la manifestación de un partido ultraderechista.
La víctima volvía desde su trabajo en Metro sobre las 21.20 horas del pasado 12 de marzo, cuando sin mediar palabra, otro joven, le agredió presuntamente brutalmente con varias patadas en la cara y puñetazos, dejándole dos semanas de baja con una lesión en el ojo derecho, por la que necesita tratamiento oftalmológico.
En las imágenes del Metro se ve cómo el agresor pasa por delante del agredido que, sentado, retira un poco las piernas para dejarle pasar. A continuación, el agresor tira su mochila en un rincón y, sin mediar palabra, propina una patada en la cara al agredido. A partir de ahí, le lanza múltiples puñetazos y otra patada sin que la víctima pueda defenderse.
Todo termina cuando intervienen dos policías de paisano que estaban por casualidad en el vagón. Durante toda la agresión, las personas que estaban a su alrededor apenas salen de su asombro y sólo se ve un par de manos que intentan detener al agresor.
Según recuerdan los propios familiares de Aitor, el agresor se identificó ante la Policía como "antifascista". Por su parte, el agredido asegura que éste sólo repetía que cuando "ve a un fascista le pega", a pesar de que el agredido sostiene que no tiene ninguna relación con la política o grupo de ningún tipo.
Tal y como recoge la denuncia hecha en el Hospital 12 de Octubre, donde fue atendido el joven y pasó una noche ingresado, el propio agredido declaró que sólo había coincidido con su agresor "en el transporte público en sus desplazamientos del trabajo".
"Nos hemos sentado al lado en la marquesina algunos días y nunca me dijo nada. No lo entiendo", repite. Después de 10 días en prisión, el agresor salió en libertad provisional con una orden de alejamiento de 500 metros, aunque el agresor sigue coincidiendo en el transporte público con su víctima.
Metro de Madrid ha condenado este suceso y ha explicado que ha colaborado con la Policía en todo momento, facilitando a los agentes las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del suburbano.
Ambos, que se conocían también de manifestaciones en las que ambos grupos coinciden y se insultan, se habrían retado en la Red, según las mismas fuentes. Ninguno de los dos tenía antecedentes policiales.
El joven agredido, de 18 años, ha denunciado judicialmente la brutal agresión. El supuesto autor de los hechos, de 19, se encuentra en libertad condicional a la espera del juicio, donde se determinará las causas de la agresión y si existe un agravante por motivos ideológicos, como así se determinó en el juicio contra Carlos Palomino, un adolescente antifascista que murió apuñalado en el Metro de Legazpi por las heridas de arma blanca propinadas por un joven que acudía a la manifestación de un partido ultraderechista.
La víctima volvía desde su trabajo en Metro sobre las 21.20 horas del pasado 12 de marzo, cuando sin mediar palabra, otro joven, le agredió presuntamente brutalmente con varias patadas en la cara y puñetazos, dejándole dos semanas de baja con una lesión en el ojo derecho, por la que necesita tratamiento oftalmológico.
En las imágenes del Metro se ve cómo el agresor pasa por delante del agredido que, sentado, retira un poco las piernas para dejarle pasar. A continuación, el agresor tira su mochila en un rincón y, sin mediar palabra, propina una patada en la cara al agredido. A partir de ahí, le lanza múltiples puñetazos y otra patada sin que la víctima pueda defenderse.
Todo termina cuando intervienen dos policías de paisano que estaban por casualidad en el vagón. Durante toda la agresión, las personas que estaban a su alrededor apenas salen de su asombro y sólo se ve un par de manos que intentan detener al agresor.
Según recuerdan los propios familiares de Aitor, el agresor se identificó ante la Policía como "antifascista". Por su parte, el agredido asegura que éste sólo repetía que cuando "ve a un fascista le pega", a pesar de que el agredido sostiene que no tiene ninguna relación con la política o grupo de ningún tipo.
Tal y como recoge la denuncia hecha en el Hospital 12 de Octubre, donde fue atendido el joven y pasó una noche ingresado, el propio agredido declaró que sólo había coincidido con su agresor "en el transporte público en sus desplazamientos del trabajo".
"Nos hemos sentado al lado en la marquesina algunos días y nunca me dijo nada. No lo entiendo", repite. Después de 10 días en prisión, el agresor salió en libertad provisional con una orden de alejamiento de 500 metros, aunque el agresor sigue coincidiendo en el transporte público con su víctima.
Metro de Madrid ha condenado este suceso y ha explicado que ha colaborado con la Policía en todo momento, facilitando a los agentes las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del suburbano.
VIDEO IMPRESIONANTE
Fuente: El Periódico.com
Un inmigrante colombiano recibe una brutal paliza en el Metro de Madrid
TLAS
MADRID
Ramón, un hombre de 43 años de origen colombiano, fue reducido y
golpeado brutalmente por cuatro vigilantes del metro de Madrid el
pasado mes de noviembre y ha pasado varios meses de baja a consecuencia
de las lesiones.
El agredido se había quejado, momentos antes de la agresión, de que un vigilante le impidiera, con malos modos, utilizar un ascensor.
Acto seguido, los cuatro vigilantes le rodearon, le patearon en el suelo y le azuzaron a un perro. Todo quedó recogido por las cámaras de seguridad del Metro. La paliza duró 6 minutos. El parte de lesiones fue muy claro. Asegura que Ramón había sido víctima de una agresión salvaje. La compañía del Metro de Madrid lamentó la paliza y retiró del servicio a dos de los vigilantes.
El agredido se había quejado, momentos antes de la agresión, de que un vigilante le impidiera, con malos modos, utilizar un ascensor.
Acto seguido, los cuatro vigilantes le rodearon, le patearon en el suelo y le azuzaron a un perro. Todo quedó recogido por las cámaras de seguridad del Metro. La paliza duró 6 minutos. El parte de lesiones fue muy claro. Asegura que Ramón había sido víctima de una agresión salvaje. La compañía del Metro de Madrid lamentó la paliza y retiró del servicio a dos de los vigilantes.
Ramón, que denunció la agresión, está a la espera de la actuación de la justicia.
Mafy,
ResponderEliminarGracias por esta nota. Espero que mucha gente la vea. Diego.